La Estimulación Temprana
Cada vez son más los centros escolares donde la estimulación temprana cobra un papel más importante y decisivo en la educación infantil. A día de hoy existen numerosos colegios que dentro de su programación tienen como “planificación estrella” métodos innovadores para mejorar las diferentes áreas de trabajo infantil.
En este artículo nos centraremos solo en el programa de excelencia física diseñado para niños de tres años ya que es el que más se acerca al desarrollo psicomotor por su contenido.
Este programa está compuesto por tres actividades físicas: Reptar, gatear y “braquear”. Cada una de estas actividades se realiza en un espacio acondicionado para su práctica.
Estas tres actividades se realizan en un circuito homogéneo para todos los alumnos donde se les exige lo mismo a todos sin discriminar las condiciones físicas de los alumnos.
Me pregunto yo, ¿todos los niños maduran al mismo ritmo? Y si esto es cierto, cosa que dudo, ¿existen diferencias entre un niño nacido en enero y otro nacido a final de año?, ¿La genética es un valor homogéneo u heterogéneo?, ¿Por qué el nivel de exigencia es idéntico en todos los niños?
Podría formular miles y miles de interrogantes.
Desde mi punto de vista y a mi manera de ver las cosas, la implantación de la estimulación temprana de manera global me parece un error gravísimo para la educación actual. No dudo que muchos alumnos lograrán crecer y superar estas actividades con éxito pero… ¿y los demás? ¿Qué sucede con los que no son capaces de superar con “acierto” estas tareas? ¿Por qué la exigencia es la misma sin observar las características de cada niños?
Cada niño necesita su tiempo, la diversidad es algo maravilloso e inevitable que nos hace únicos e irrepetibles. Por lo tanto, creo que en el caso de que deba existir una estimulación, debe ser diversa y adaptarse individualmente a todos los niños para poder apreciar un desarrollo correcto.
No niego que la estimulación es necesaria, el problema es como actuamos y estimulamos al niño, y me consta que estos programas tan genéricos donde la belleza de la portada esconde las carencias de su método y donde se pagan verdaderas fortunas por estar sometidos a su planificación, la mayoría de las veces es más un impedimento para el desarrollo del niño que un desarrollo correcto.
Nosotros creemos en la educación, en el desarrollo psicomotor, en la estimulación perceptiva… Pero no creemos en las que actualmente se lleva a cabo en muchos centros.
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